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Corrientes, Argentina

sábado, mayo 24

Perros y Gatos callejeros


La sobrepoblación de animales domésticos es una situación tan frecuente en todo el mundo ocasiona uno de los más grandes problemas sociales que los activistas por los derechos de los animales deben enfrentar. En realidad, los animales que se reproducen indiscrimidamente son las únicas víctimas de esta tragedia que involucra directamente a las personas que irresponsablemente les permiten reproducirse, a aquellos que comercializan con los animales y a las autoridades gubernamentales y municipales.Es muy lamentable comprobar que en los países Latinoamericanos existe una gran falta de información respecto a lo que verdaderamente significa hacerse responsable de un animal de compañía. A pesar de honrosas excepciones, en nuestros países los animales son considerados objetos descartables que a la larga sufrirán abusos masivos en manos de personas indiferentes y crueles. Este abuso no siempre será evidente, ya que para muchas personas, el tener a un perro constantemente amarrado en el techo de sus casas, alimentarlo con desperdicios de todo tipo, dejarlo vagabundear para que haga sus necesidades en la calle, o “buscarle novia” para continuar el ciclo de la sobrepoblación de animales domésticos no es percibido como negligencia o abusoEl problema es ciertamente complejo, pero no imposible de resolver si las comunidades trabajan en conjunto poniendo en práctica un plan que involucre la implementación de educación humanitaria y acción legislativa. La apertura de albergues no es la solución más indicada para este tipo de problema ya que un albergue instalado dentro de una comunidad que no ha sido previamente preparada para tenerlo, únicamente incrementaría los problemas de su funcionamiento al proveer una salida fácil para las personas irresponsables que abandonarían a sus animales en estos lugares.Asimismo, a nadie le satisface la idea de la eutanasia en animales sanos, rescatables y llenos de vida, pero lamentablemente mientras que el público y los gobiernos no implementen planes efectivos y viables, la única muerte piadosa que puede ofrecerse a estos animales es la eutanasia (muerte sin dolor). En los Estados Unidos existen albergues en los que no se duermen a los animales pero éstos ciertamente enfrentan muchísimos retos para continuar con sus opciones operacionales. La eutanasia no es la solución para el problema de la sobrepoblación de animales domésticos; muy por el contrario, es uno de sus más graves síntomas. En muchas oportunidades los que nos dedicamos a luchar por los derechos de los animales nos encontramos en posiciones muy comprometidas en las que tenemos que optar por el mal menor. La eutanasia propiamente administrada por un personal competente, con las drogas apropiadas, es el mal menor en este caso. Mucha gente piensa que los animales callejeros sobrevivirán de una u otra manera, pero esto no es verdad. Esta es una salida fácil que fuerza a algunas personas a negar la cruel realidad de la sobrepoblación de animales domésticos. Los animales callejeros no sobreviven sus miserias. Por el contrario, sufren hambre, sed, enfermedades y maltratos a manos de personas indiferentes y crueles. Si Ud. verdaderamente siente compasión por uno de estos indefensos animales, tome la responsabilidad de rescatarlo de las calles, y ofrézcale un hogar decente, lleno de amor, consideración y respeto. Tirarle algunas migajas a un animal callejero y sentir pena por él por unos instantes no proporciona ninguna ayuda al problema.